lunes, 7 de febrero de 2011

LA ESCAPADA



El pintor dejó la ventana abierta, no sé si por descuido.
Una ventana abierta es para los gatos, una de esas tentaciones imposibles de resistir. Fabi y yo nos miramos.
La libertad.
_¡¡Mrrrau!!, dijo Fabi con su acento francés. O mejor dicho: ¡¡Mgggau!!
Y saltamos.
Fabi es una gata joven y valiente. Inmediatamente tomó el control de la situación. Oteó el espacio con sus ojos entrecerrados, olfateando.
_Pogg aquí.
Y allá fuimos.
Una terraza a nuestro alrededor y una palmera rozando el suelo.
¡¡Zas!!, en la palmera y al momento en la calle. De tres saltos.
La libertad.
Una larga y ancha calle frente a nosotros y a lo lejos, el mar.
Nos apretamos, no sé si por temor o por complicidad o todo junto.
_No te separes de mi.
_Nunca me separaré de ti.
Luces amarillas de farolas, palmeras, calles solitarias.
Correr y correr hasta el mar.
Ruido de olas, olor a sal, a pescado, a noche de estrellas, a arena y algas.
La libertad.
_¿Me quiegges?
Tiemblo.
Jugar con las olas, con el viento. La noche y la mar aman a los gatos.
Volvemos a casa.
¡¡Mrrrau!!
La libertad.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

te quiere?

EL GATO MATISSE dijo...

Nunca se sabe lo que pasa por el corazón de una gata...

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