En realidad soy el regalo, otros no me quisieron, de unas manos especiales que me llevaron hasta el que en adelante llamaré "El Pintor".
Tuve una gata que perdí en una esquina, un despiste lo tiene cualquiera, sin que tocara una sola de mis siete vidas.
Me dedico a mirar por la ventana el vuelo de las palomas, a tomar el sol de las mañanas, a dormir horas y horas, a llenarlo todo de pelos para desesperación del pintor, a hacer carantoñas cuando necesito caricias y a todo a lo que un señor gato pintor se dedica para hacer lo menos posible.
Os iré contando las cosas que van pasando en mi convivencia con el humano y lo mismo un día de estos: pinto.
Hasta entonces, MIAU.
Hasta entonces, MIAU.
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