miércoles, 14 de septiembre de 2011

No te rindas




No  te rindas, aún estás a tiempo
De alcanzar y comenzar de nuevo,
Aceptar tus sombras,
Enterrar tus miedos,
Liberar el lastre,
Retomar el vuelo.
No te rindas que la vida es eso,
Continuar el viaje,
Perseguir tus sueños,
Destrabar el tiempo,
Correr los escombros,
Y destapar el cielo.
No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se esconda,
Y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma
Aún hay vida en tus sueños.
Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo
Porque lo has querido y porque te quiero
Porque existe el vino y el amor, es cierto.
Porque no hay heridas que no cure el tiempo.
Abrir las puertas,
Quitar los cerrojos,
Abandonar las murallas que te protegieron,
Vivir la vida y aceptar el reto,
Recuperar la risa,
Ensayar un canto,
Bajar la guardia y extender las manos
Desplegar las alas
E intentar de nuevo,
Celebrar la vida y retomar los cielos.
No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se ponga y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma,
Aún hay vida en tus sueños
Porque cada día es un comienzo nuevo,
Porque esta es la hora y el mejor momento.
Porque no estás solo, porque yo te quiero.
 



domingo, 11 de septiembre de 2011

sábado, 10 de septiembre de 2011

DE NAUFRAGIOS, FAROS Y OTRAS SOLEDADES


El humano que vive conmigo ha hecho algo insólito: ha cerrado una etapa de su vida. No entiendo muy bien que es eso pero me lo ha dicho en voz alta, casi gritando y con una voz que no deja dudas.
Fabi y yo le miramos con curiosidad. Los gatos solo tenemos una etapa a pesar  de la vidas que dicen que tenemos. La ensoñación, la curiosidad, el amor y la muerte. Quizá porque nuestra  vida es corta todo está unido, entrelazado de principio a fin, todo es  presente continuo y hasta los recuerdos se funden con el futuro.
Nuestro pintor ha tomado sus fotos, sus cuadros más queridos, aquellos que pintó con el corazón roto y que nunca se repetirán. Los ha juntado en un libro al que ha puesto un título y lo ha cerrado, según él, para siempre.
Dentro, una nota con unos versos de un mago de las palabras y las voces, uno de esos humanos de mirada de gato que cuando hablan dejan una marca a fuego en el corazón del alma: 
Mario Benedetti.
Defensa de la Alegría.

Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas
defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos
defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardiacos
de las endemias y las academias
defender la alegría como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres
defender la alegría como una certeza
defenderla del óxido y la roña
de la famosa pátina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa
defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas
del azar
                  y también de la alegría


Fabi y yo no miramos y sonreimos .


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