Pasa la vida tan deprisa que apenas da tiempo de parar un momento para hacer balance y cuando ese momento llega a veces nos paraliza el pánico.
Consciente de los muchos gatos y gatas que deambulan solos, siguiendo a esa señora que siempre va dos pasos por delante y que se llama Felicidad, os brindo este rincón del corazón gatuno.
Los humanos tienen una fiesta a la que llaman “Carnaval”. Se disfrazan y se ponen máscaras.
He visto disfraces de muchas clases pero los que más me gustan son los de gato porque se visten de nosotros. A las humanos les gusta aparentar lo que no son, llevan siempre un disfraz puesto. Quizás no se gustan a si mismos, o les pesa su vida, o nos envidian. Sueñan con vivir en otros cuerpos, otros pueblos y otros huertos. Durante unas horas, durante estos días de Carnaval, son otro ser. ¿O es en realidad, cuando verdaderamente se disfrazan de ellos mismos? Una hermosa gata negra se ha colado en nuestra casa con su naricilla pintada y sus bigotes largos hasta las orejas de trapo. Admiro sus movimientos y su alegría. Fabi y yo contemplamos a la preciosa gata negra mientras maúlla, baila y juega con el pintor. La casa se llena de colores, música y risas. Su lenguaje se parece al nuestro: van y vienen, se esconden y se buscan, se rozan y se apartan. A veces, el olor de los humanos es agradable.
Soy una gata, no soy caprichosa, y como todas las gatas de mi raza : altiva, independiente y pertenezco a nadie –sino a los que quiero escoger…
Tengo una maestra pero ella y yo fingimos que no nos necesitamos la una a la otra .
Me dijo "Ten paciencia, Fabi, y vete por unos meses . Volveré "
Dejé muchas cosas para irme ,buscando el olor del mar, y de los jardines, buscando el sol que sale , mirando la luna en el cielo, captando sin moverme un mundo de sabores ,de olores , explorando la noche y olvidando mi miedo a la soledad .
Vale la pena escapar para navegar a mi placer, para jugar con las mariposas, dormir en el sol como si fuera una alfombra y después de tanto correr quedarme inmóvil y silenciosa .
Matisse viene, pone la pata sobre mi nariz, quiere hablar y ronronear. Me pregunta si me gusta su casa ; parece inquieto, me busca . Ronroneo a su lado y me rio de sus saltos , de su impaciencia cuando me callo .
Matisse se olvida a veces que se necesita tiempo para domesticarme…
Je m'appelle Fabi.
Je suis une chatte , je ne suis pas capricieuse , mais semblable à tous ceux et celles de mon espèce: hautaine, indépendante et je n'appartiens à personne si ce n'est à ceux que j'ai choisis...
J'ai une maîtresse mais elle et moi feignons de ne pas avoir besoin l'une de l'autre. Elle m'a dit "Prends patience, Fabi, et va-t-en quelques mois.Je reviendrai"
J'ai laissé beaucoup de choses derrière moi, à la recherche de l'odeur de la mer,des parfums des jardins, à la recherche du soleil qui se lève, de la lune qui monte dans le ciel, captant sans faire un mouvement un monde de saveurs, de parfums, explorant la nuit et oubliant ainsi ma peur de la solitude. Cela vaut la peine de m'échapper si c'est pour naviguer selon mon bon plaisir, pour jouer avec les papillons , m'endormir aplatie au soleil comme si j'étais un tapis, et après avoir tant couru rester immobile et silencieuse.
Matisse vient , pose sa patte sur mon museau, il veut parler et ronronner .Il me demande si je me plais en sa maison;.il semble inquiet, il me cherche.Je ronronne à son côté, et je ris de ses sauts , de son impatience quand je me tais.
Matisse oublie parfois qu'il faut du temps pour m'apprivoiser.
Cuando un gato enloquece es porque detrás hay un humano que le transmite su locura.
Los gatos peleamos por el territorio, la comida o las gatas. Nuestro amor es una dulce lucha de regateos, huidas y encuentros. Los gatos no tomamos el té del desierto pero nuestra existencia es como ese ritual: suave como la vida, amarga como la muerte, dulce como el amor.
Hay hombres que matan lo que aman.
Nosotros huimos y si no podemos, ofrecemos nuestro cuello para que el rival sepa que la lucha ha terminado.
Fabi se despereza, se estira y quiere morder mis orejas. Pasamos el día jugando a perseguirnos, jugando a nuestra dulce guerra. No es una triste guerra.
Algunos humanos están locos y quieren transmitirnos su locura.
Resulta que mi gatita Fabi es francesa. No lo supe hasta que por fin me dijo un miau con acento francés que dejó los pelos de mi lomo en posición de firmes. ¿ Que como suena?: Maravilloso.
Fabi es tímida, “peluda y suave, como si fuera de algodón”. También es orgullosa y altiva, como todas las gatas guapas. Cuando pasa cerca de mí, deja una fragancia a mar, a flores, a qué se yo que me hace cerrar los ojos y solo oler.
Desde mi atalaya la veo acicalarse y es como si el tiempo se parase para dejarla espacio. Hasta el pintor se para un momento de sus quehaceres para mirarla sin hacer ruido.
Es elegante, como de una antigua aristocracia que perdura en los modales.
Cuando una paloma se posa en la ventana, su cuerpo se estira, su cabeza, su lomo y su rabo forman una flecha, adelanta una pata y tensa los músculos, inmóvil y dispuesta para el salto. Abandona porque el cristal es una barrera in franqueable.
Se acerca y me rodea poco a poco, me golpea suavemente con su rabo pero como si no se diera cuenta., me huele y por fin se tumba a mi lado.
Procuro hacerme el indiferente y apretarme contra el suelo para que no se note que el corazón se ha convertido en un martillo pilón.
Dormitamos tumbados al sol.
Fuera, los humanos trabajan, se pelean, se aman, pasan y se van. Dormitamos pero sé que me mira con el rabillo del ojo y yo la miro igual. Pone una pata sobre la mía y el pintor sonríe, creo que ahora le gusta más su trabajo.
Llueve y hace un frío que pela al gato más pintor.
Subidos a la ventana miramos la ciudad en calma. Ha parado la lluvia un momento y comienza a amanecer. Las nubes convierten el cielo en un cuadro abstracto y maravilloso. Ronroneo.
Ronroneamos.
La mayoría de los humanos se pierden este espectáculo; cansados de trabajar aprovechan las últimas horas de la madrugada envueltos en sus sueños.
El pintor duerme; si viera lo que nosotros vemos es posible que pintara algo bueno.
Los gatos lo vemos todo, lo sentimos todo, lo presentimos todo: la magia del ambiente, el misterio de las nubes, los olores de la vida y la muerte.
Felices sueños, humanos. Descansad de vuestros odios, de vuestras ansias, de vosotros mismos porque nosotros velamos esta noche. Nada os puede hacer daño, hemos invocado a los antiguos dioses protectores.
Es mejor que soñéis con mundos hermosos que reparen vuestros corazones: no sintáis dolor, que esta noche mágica os acune y se lleve las sombras de toda tormenta. Mañana, hoy ya, será otro día.
Fabi y yo nos apretamos, nos regalamos nuestro calor en silencio y ronroneamos.