Rara vez nos reunimos los gatos en la Gran Asamblea desde que decidimos vivir a la sombra de los hombres.
Adormilados, medio satisfechos, satisfechos, comprados por sus caricias y sobre todo por su comida, hemos dejado en sus manos nuestro destino.
No es que nuestra relación sea mala, no, pero hemos pagado un alto precio. Con los humanos siempre se paga un precio.
Nos castran, nos dan extrañas comidas hechas por otros hombres y que saben todas igual, nos operan las uñas para no estropear sus cosas, a veces nos encierran para no molestar, nos compran, nos venden, nos regalan...
Y si somos de la calle, nos cazan, nos encierran en jaulas y a algunos nos eliminan.
Por todo ello la Asamblea de los Gatos Indignados (AGI) ha decidido manifestarse y protestar junto a muchos jóvenes humanos también indignados.
Hemos decidido que los gatos caseros nos esconderemos de nuestros compañeros-amos y no acudiremos a sus llamadas. Los de la calle se reunirán todas las noches en las plazas para hacer conciertos de maullidos interminables.
Y esta es nuestra lista de reivindicaciones;
Comida fresca para todos.
No a la castración.
no a las jaulas.
No a los niños crueles.
Libre elección del compañero humano.
Libre circulación por las calles.
Libertad para afilar nuestras uñas donde nos apetezca.
No a la desungulación.
Jugar, siempre jugar.
Y amor, mucho amor.
LOS GATOS DE MADRID ESTÁN EN LAS CALLES