lunes, 31 de enero de 2011

RONRONEANDO 1

RONRONEANDO 1.


Esta mañana el pintor salió temprano de casa. A veces me gusta quedarme solo porque puedo dedicarme a explorar los lugares donde nunca me dejan entrar. Pequeños agujeros, profundos armarios, cajas llenas de sueños.
A lo lejos sentí sus pasos de vuelta y un olor entre familiar y desconcertante. La puerta se abrió con
cuidado y con muchísimo cuidado el pintor depositó en el suelo una caja. La dejó sin más, sin decir nada; con una sonrisa me miró y me guiñó un ojo o eso me pareció.
Como para un gato la curiosidad es el 90% de su existencia me fui acercando agazapado y a paso lento hacia el peligro. Algo se movía en su interior. Y aquel olor...
Lo de dentro dejó de moverse y casi me caigo sobre el lomo; entonces la vi.
Blanca como yo, de ojos azules como yo, con largos bigotes y ese olor.
Nos miramos mucho tiempo como sin mirar, olfateando tras la reja de la caja.
No sé el tiempo que pasó, me pareció una eternidad, hasta que ella dijo: Miau.
Se llama Fabi. El pintor la bautizó así y el sabrá por qué. No hubo más ceremonia que su voz pronunciando su nombre. Creo que a ella le gustó porque enseguida atendió a la palabra y levantó las orejas
Inmediatamente ha tomado posesión de la casa como si la conociera de toda la vida; se acuesta en mis almohadas, se sube a mi atalaya, trepa por el biombo y se hace la cama en la misma butaca. Yo la sigo y si los gatos pudiéramos hacer caras como los humanos creo que no me gustaría la que pongo.
Es tranquila, dulce y huele bien. Ronronea conmigo.


viernes, 28 de enero de 2011


EL GATO QUE NO CESA
Desde mi pequeña atalaya (La esquina de un armario cerca de mi ventana) la vista que se extiende ante mis ojos llega hasta el mar.
Allí me tumbo a mirar, a dormitar, a soñar y a soñar.
El pintor se ajetrea con sus pinceles y a veces nos miramos solo para saber que estamos. Juego con un rayo de sol, wowowo, que se filtra por la persiana.
Al otro lado de la calle los niños cantan en el patio de un colegio y el mundo se alegra con sus voces y sus risas. Es el Día de la Paz de los humanos.
Son interesantes los humanos, tienen días para todo. Sospecho que celebran aquello que no tienen.
La paz de los humanos...
Veo por esa ventana mágica que a veces mira el pintor, fuegos que me asustan, tristes, tristes guerras que no son de amores, amores que matan y palabras de hielo que cortan el alma.
Es como otro espejo donde no me reflejo pero que devuelve la mirada, esta vez airada, de los tiempos.
Hablo con una gata argentina que, lejana y sola, me regala rayos de plata y palabras de diamante.
Hablo con ese viejo amigo que siempre me acompaña y con ese humano que permite que me suba a mi atalaya y sueñe. Esa es mi paz y mi regalo.
Es el regalo que os regalo.


miércoles, 26 de enero de 2011

EL GATO EN EL ESPEJO


Cuando me miro en el espejo ya sé que no veo a otro gato. Pero lo que veo, tampoco soy yo. Lo que aparece es mi imitación, un clon de repetición que me devuelve la mirada. ¿Qué pensará de mi ese doble, condenado a repetirme del revés ?.
No soy un gato filósofo pero me intriga la cuestión. Si pudiera atravesar el cristal es posible que el mundo desapareciera hecho pedazos.
Miro el espejo y el pintor me mira con curiosidad y sonríe, de modo que hay un cruce de miradas doblado por el reflejo del espejo.
Y las miradas de los otros que se miraron antes, ¿donde están?, ¿Hay un lugar para las miradas perdidas?
Creo que para ser un gato, es demasiado pensar por hoy y es la hora de restregarme entre las piernas del humano.

lunes, 24 de enero de 2011

REGATEANDO


Los gatos somos ágiles para escapar y perezosos para casi todo lo demás. Nos gusta el regateo en todas sus formas.
Me encanta ver amanecer desde los pies de la cama del pintor (tengo la mía pero esta es más calentita ).
Bostezo,me estiro y me estiro y comienzo a acicalarme. Olfateo el aire marino que entra por la rendija de la ventana, la rendija es para que no me escape, como si tuviera ganas de irme...
Por las noches , escucho a mis hermanos de la calle, pelear y amarse en unas trifulcas que despiertan a los vecinos. Ahora, de amanecida, la gente pasa medio dormida; ruido del camión de la basura, de los primeros coches, de puertas que se cierran, de pasos que se alejan.
El pintor me empuja con el pie y se levanta para hacer café. Una sonrisa, una caricia y comenzamos la jornada.
La mía es bien simple: correr por toda la casa, subir a los lugares más altos, perseguir a una mosca, maullar si no hay comida en el plato, meterme entre las piernas del pintor, regatear.
Luego tomar el sol, volver a dormir, volver a soñar.
¿Qué soñamos los gatos?. Muy simple, la verdad: Las caricias que nos gustan, la alegría de vivir y sentir el sol en la piel, la nostalgia de lo que no fue posible, el deso de sentir esa punzada que levanta las orejas al mirar otros ojos , al sentir otro olor.
Si los humanos pudieran mostrar estos sueños sin vergüenza o temor, cómo sería este mundo.
Pero se pasan la vida regateando.
MIAU.


domingo, 23 de enero de 2011

La asamblea de los gatos

En el antiguo Egipto los gatos éramos animales sagrados. Matar a un gato se penaba con la muerte, Qué tiempos aquellos.
Dicen que hace muchos, muchos años, hubo una gran guerra de animales. Hartos  mis antepasados de escapar y esconderse decidieron reunirse en asamblea para decidir su futuro. El más anciano de los gatos, un viejo luchador cubierto de cicatrices  que había sobrevivido a todas las guerras gracias a su astucia y sobre todo a la rapidez de sus patas, inauguró la sesión con estas palabras:
 "Camaradas, amigos, compatriotas... Si esta guerra continúa será el fin para nosotros. Los ratones y los insectos han desaparecido, los enemigos acechan nuestro rastro y ya nos quedan pocos lugares donde escondernos. Hasta ahora hemos sido independientes, no hemos aceptado la tutela de nadie y nos fue bien hasta que empezó esta larga guerra. Nuestra supervivencia depende de la decisión que hoy tomemos.
Os propongo buscar un animal, lo suficientemente fuerte para que nos proteja y nos alimente y lo suficientemente tonto como para que se contente con unas pocas muestras de cariño y nos deje disfrutar de nuestra independencia. A vosotros os toca decidir quién será el afortunado."
Se hizo el silencio en la asamblea y poco a poco fué creciendo un murmullo de maullidos, ronroneos  y propuestas. El León, el tigre, el mono, las águilas reales...
Se discutía con pasión analizando los pros y los contras.
En el momento más álgido de la discusión, un gato joven, posiblemente el más joven de los gatos presentes, blanco y de ojos azules, pudo tomar la palabra y chillando, exclamó. "yo conozco a ese animal". Se hizo el silencio y todos escucharon la palabra que determinaría el destino de nuestra especie :
EL HOMBRE.

EL GATO PINTOR

Mi nombre es Gato Matisse y soy un gato que pinta. Vivo con un humano pintor, el dice que de talento y no seré yo quien le contradiga, no sea que por causa de un ataque de celos profesionales me ponga las patitas en la calle ( el sabe que soy infinítamente mejor ); la cosa no está para buscar otro amo que me cuide, me alimente y me acaricie cuando a mí  me de la real gana.
En realidad soy el regalo, otros no me quisieron, de unas manos especiales que me llevaron hasta el que en adelante llamaré  "El Pintor".
Tuve una gata que perdí en una esquina, un despiste lo tiene cualquiera, sin que tocara una sola de mis siete vidas.
Me dedico a mirar por la ventana el vuelo de las palomas, a tomar el sol de las mañanas, a dormir horas y horas, a llenarlo todo de pelos para desesperación del pintor, a hacer carantoñas cuando necesito caricias y a todo a lo que un señor gato pintor se dedica para hacer lo menos posible.
Os iré contando las cosas que van pasando en mi convivencia con el humano y lo mismo un día de estos: pinto.
Hasta entonces, MIAU.

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