Pasa la vida tan deprisa que apenas da tiempo de parar un momento para hacer balance y cuando ese momento llega a veces nos paraliza el pánico.
Consciente de los muchos gatos y gatas que deambulan solos, siguiendo a esa señora que siempre va dos pasos por delante y que se llama Felicidad, os brindo este rincón del corazón gatuno.
Durante este tiempo este gato ha muerto y resucitado. La gata Fabi dice que es el ave Fénix. Quizá, somos como las ciudades heridas del pintor.
Hemos muerto y resucitado tantas veces dolorosos, alegres, incandescentes solidarios, consumidos, reconstruidos la piel sensible a todos los vientos a todos los mares, a todos los puertos reviviendo en cada suerte la mirada como una espada apasionados y fríos calientes, ensombrecidos la marca del amor grabada a fuego a fuego lento, a fuego frío tantas veces hemos muerto que la vida nos asombra estando vivos.